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El TIPNIS Y LA TRANSFORMACION DEL PROCESO DE CAMBIO
El pasado 16 de Octubre fue catalogado por el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia como una fecha histórica, por el hecho que por primera vez se eligió a los magistrados del Órgano Judicial, porque en el discurso que llevó al Poder al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Don Evo Morales Ayma y al MAS (Instrumento Político por la soberanía de los pueblos) a tomar el poder por medio de las urnas en su primera gestión 2006, se recogió la demanda de reforma de la justicia por una equitativa y la transformación inclusiva del Poder Judicial, pero esta mentada conquista que lo llevó a sumar votos en su primera elección hoy en su segunda gestión lo puede sepultar en una crisis de Gobernabilidad generada por las incoherencias del discurso con sus acciones a nivel nacional e internacional empleadas en su segunda gestión de Gobierno.
Y es ahí donde la capacidad organizativa de la sociedad civil, que fue subestimando, hoy vuelve a reactivarse con una fuerza sorprendente. Después de repetidos intentos de dialogo los pueblos originarios de las tierras bajas se aglutinan y deciden hacer una marcha a La paz para hacer escuchar sus demandas y reaparecen en el escenario político y en un momento inflexivo de la política boliviana como eco del descontento nacional en la marcha en defensa del TIPNIS. Los indígenas legítimos de una parte de Bolivia llegaran a la ciudad de La Paz sede del poder político después de 65 días para discutir y buscar soluciones la plataforma de 16 puntos y la petición de no construcción del segundo tramo carretera por el corazón del Territorio Indígena y Parque Nacional Isibóro Sécure.
El 25 de septiembre las fuerzas del poder ejecutivo violó todo tipo de derechos sobre los ciudadanos indígenas marchistas, generando una indignación colectiva nacional que se reflejó en los resultados de las elecciones el pasado Domingo, que nos arrojó un resultado incongruente con el objetivo original de legitimización del Órgano Judicial. Todo fue menos esa.
Se vislumbró dos tipos de propuesta: una la de elección de magistrados con poca información como proceso electoral libre y participativo por parte del oficialismo y la otra de los descontentos en la que están también los de la oposición, aprovechando la coyuntura política agitada para expresar su protesta con el voto nulo y blanco. Nadie puede reclamar su autoría cuando existe un descontento generalizado de la población boliviana.
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Es en este contexto, por la falencia de mecanismos consultivos constitucionales, la población, que asistió masivamente a las urnas, tomó en sus manos la oportunidad democrática para revelar su desaprobación al accionar del gobierno actual y su gestión de gobierno. La democracia está en la población votante y no en los que dirigen o sus impugnadores. Esa enseñanza debieran aprender los políticos bolivianos.
Los resultados del Domingo son fruto de una ceguera crónica del Órgano Ejecutivo, que se niega a afrontar con verdaderas políticas de Estado las demandas nacionales, que se ha alejado completamente de sus organizaciones de base y que las mismas hoy divididas se están volviendo a organizar transformándose para despolitizarse, enarbolar y reencausar el llamado Proceso de Cambio que no tiene dueño y que no es bien de ningún partido político que nació del cansado y repetido pedido de transformación del país, en las calles y que las organizaciones le confiaron al MAS su adecuado manejo desde el poder Constituido en el Estado Plurinacional de Bolivia.
La bandera de la marcha del TIPNIS es el respeto a la vida y al espíritu de la Constitución Política del Estado aprobada el 2009, el respeto a la biodiversidad, a la pluralidad y a la autodeterminación de los pueblos en las decisiones que deberían buscar el consenso nacional.
El recibimiento de citadinos a indígenas cuando la marcha llegue a LaPaz y el apoyo de organizaciones aparentemente enfrentadas nos enseñara que los bolivianos desde los orígenes que tengamos hemos comprendido este proceso de cambio como un modelo de inclusión y que no hay enemigos más explosivos que los discursos de odio y racismo próximos a destruir esta conquista del pueblo en sus diferentes sectores sociales.
El Gobierno debe entender que el Proceso de cambio está en transformación y que el caudillismo partidista no es la base ni el fin de esta conquista, claramente esto se refleja en el TIPNIS y el apoyo masivo de una demanda con conciencia social de respeto a la vida, que el MAS entre tanto tiende a olvidarse.
Ayni |