Boletín electrónico, Nr.470- Año V, 17 -06-2011 | El tesoro ignorado por el 99,9 % de bolivianos, en la edicióne del 20-06-2011. | |||
Pero a continuación están las siguientes frases que preparan la aceptación de los transgénicos: “Producción de semillas mejoradas - especies introducidas adaptadas - alianzas estratégicas con sectores privados que se dedican a la producción y acopio de semillas - productos destinados al consumo humano de manera directa o indirecta que sea, contenga o derive de organismos genéticamente modificados debidamente identificados e indicar esta condición”. Es decir, se da por aceptado el tratamiento de alimentos, semillas o especies modificadas genéticamente. Hecha la ley, hecha la trampa. Se asesta el golpe en el Artículo 19 “Política de intercambio y comercialización: Inc. 5. “Disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados”. Se abre la norma a la alteración del genoma que Madre Naturaleza preparó en miles de años, se retorna a la privatización esta vez de semillas artificiales y se trabaja en favor de grandes capitales. Ahora conocemos que durante el gobierno de Carlos Mesa se instruyó, por presión de los productores, la aprobación de la Soya Roundup Ready a pesar de las advertencias universitarias y el Min. Salud sobre estudio de inocuidad de Monsanto, la transnacional que además produce glifosato plaguicida venenoso para la salud del ser humano. Sabemos que en Perú la empresa Ventria Biosciences experimenta con arroz modificado con genes humanos para la diarrea de niños cuyas madres ignoran son objeto experimental. Ahora está en peligro el maíz, nuestro maíz, el mejor del mundo; resulta que somos país, centro de origen y diversificación con 77 razas. La ley va contra la CPE, la Ley de la Madre Tierra, Reglamentos, Tratados Internacionales y sobre todo, contradice la Cumbre de Tikipaya.
Continúa la lucha contra la capitalización neoliberal, contra la venta de las empresas estratégicas, la protección del agua, la nacionalización industrialización de los hidrocarburos. ¡No privaticemos ahora las semillas! |